Friday 17 May 2013

Jacob.

      Jacob ni se inmutó cuando vio a aquél hombre entrando en el bar. En la barra, bebiendo ininterrumpidamente, nuestro personaje disfrutaba de cada trago como si de el último se tratase. Tras horas ingiriendo en cantidades abusivas tal veneno, la absenta había dado sus frutos; estaba dispuesto a todo. Aún así, la bebida le había decepcionado; esperaba más de tan afamado trago del cual tan bien le habían hablado.
      Mientras pensaba qué bebida le pediría ahora al camarero, Jacob se levantó y se dirigió hacia él. Caminando, nuestro amigo se alejó de la barra observado por aquél recién llegado (que en realidad había visto a nuestro compañero empezar y acabar su última botella). A pesar de que no le miraba, podía notar su presencia a medida que se acercaba. A su alrededor, todo era diferente; el aire, el ruido emitido por los ebrios seres que los envolvían, el olor a cerveza derramada...
      Tras ver como la botella vacía se posaba violentamente sobre la mesa, Jacob pudo oír una claras palabras. "Es usted." sentenció aquella voz. Tras reír durante un largo rato ante la incredulidad reflejada en la cara de su nuevo compañero, Jacob respondió. "No estaría yo de ello tan seguro, bien podría yo ser usted y no ser yo tal y como usted piensa." aclaró, notando como su acompañante se quedaba aún más atónito. Mientras Jacob se sumía en sus dudas, aquél hombre llamó al camarero y le pidió una botella de su licor más caro. En cuanto llegó la botella, ambos se sentaron, frente a frente, y se estrecharon la mano de una extraña forma; derecha con izquierda.
       Seguidamente, empezaron a reír a carcajadas, cuya falta de fin acabó por provocar la muerte de ambos. Nadie nunca supo porque reían, ya que ése era un secreto que ellos se habían reservado.

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